Ella dormitaba profundamente en sus brazos.
Era raro volver a sentir algo en sí, hace tanto tiempo que no sentía nada. Y es literal. No era sólo que aseguraran que los de su especie no tenían ya, ni alma ni corazón, si no que aparte de eso habían perdido todo tipo de sensibilidad.
Decían también que estaban en el camino intermedio entre el cielo y el infierno, pero sinceramente él ya no recordaba que era lo que había hecho para ser destinado a esa clase de olvido.
Tal vez ese fue el dolor más profundo de su alma cuándo supo que por primera vez había encontrado el amor.
Y es que no poder sentir su contacto, ni siquiera el roce de sus dedos con los de él desesperaban a su corazón que no quería despertar de su sueño profundo.
Y fueron unas cuántas palabras lo que reavivaron su corazón.
No fue “Te quiero”, o un “Te amo” como muchas personas pensarían.
Sólo fue un simple….”Te esperé”
Y es que el destino los colocó en un punto de inflexión del que no sabían como salir. Los ponía frente a frente pero destinados a estar separados por siempre.
Era imposible, así, simplemente.
Nunca podrían estar juntos aún cuando ella se aferrara a la idea.
“Te he esperado todo el tiempo que he vivido y que no tenía sentido cuando no estabas tú”
Y ahora sentirla y mecerla en sus brazos mientras ella dormía, sentir su respiración que sentía que alimentaba su corazón y lo hacía palpitar.
Ella deslizaba su mano lentamente hacía la suya y aún cuando dijeran que era imposible que su corazón hubiese renacido él sabía que así era, porque lo sentía reventar dentro de su pecho cada vez que ella dirigía una mirada hacia sus ojos y sentía que lo sabía todo acerca de él, aún cuando ni el mismo lo supiese.
Dos eternidades habían pasado para que él pudiese conocer una sensación que muchos decían que era maravillosa, otros decían que solo causaba dolor y sufrimiento. Pero para él eran las dos cosas. Ahora ella era toda su vida pero pronto sería una cicatriz y un recuerdo imborrable.
Sabía que no había ya esperanza, pero por otra parte quería creer que después de volar hacía otro lugar, podría regresar a besarla de nuevo.
A sentirla cerca.
Porqué a veces estando con ella, su mirada se ausentaba y ella lo miraba fijamente y al darse cuenta de su tristeza, soltaba una silenciosa lágrima, que resbalaría tal vez por su rostro, tal vez por su hombro, tal vez por su pecho, pero seguramente más adentro, en su corazón rasgado.
Y él no sabía si la heriría más profundamente yéndose o con el amor que ya le había dado. Pero sabía que de todos modos tendría que partir, eso era inevitable.
El destino los había unido para amar y nunca olvidar. Para aprender y renacer. Pero más que nada los unió para enseñarles que se puede amar sufriendo.
Ella ya lo sabía, no podrían estar juntos, pero quería creer que si se podía. Porqué ella no dejaría de luchar aún cuando ya todo estuviera perdido.
Porqué cuando amas, todo se vuelve de otro modo, y nunca ves tu derrota.
3 comentarios:
Holii!!!como te gusta escribir te invito a vos y a todos al 1°Gran Hermano Escritor Bloggero!!!Besoss
Hooola
ya me pasee:D
para que sepas, si te leo:(
pero es que la flojera me mata mamita:(
gracias por comeentarmee, perdon por nunca devolverte los comns:(
soy la peor t.t
bueeno, que beella tu entrada,
y me encanto la última frase, es cierto, la gente se vuelve ciegaD:
que beelleza pues, un beesito.
GRACIAAS POR PASARTE:*
porque cuando amas nada mas importa, es tu vida entera, su principio y fin, tu aire, tu sol, tu sonrisa...
:') lo ame
me enamore me encantoooo demassss
cuidate ara
mil besos
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