Me senté, al fin y al cabo, y saqué mi corazón de mi pecho. Lo miré desde todos los ángulos y quité las vendas de él. Efectivamente ya no dolía.
Todas las heridas estaban ya cerradas, y aún cuando quedaban cicatrices, eran solo una huella más de que me había podido entregar a alguien, con el alma.
Me senté aquí, ya sin esperar nada, pues solo estaba feliz…feliz conmigo y feliz con la vida. Feliz con quien era yo.
Me senté aquí, y pensé que tal vez ya no necesitaba estar junto a nadie más, pero también recordé que bien se sentía ser querida. Pero eso podía esperar.
Me senté aquí y fue entonces que llegaste.
Cuando no te esperaba, cuando menos lo pensaba. Cuando me sentía feliz, cuando no te buscaba.
Me senté aquí, no llorando ni sufriendo, sino satisfecha, gozosa y consciente de que todo lo que había padecido, en el futuro me traería una recompensa.
Me senté aquí y llegaste a mí, tú, mi recompensa.
Me senté aquí y estaba agachada, pensando en mi misma, cuando oí tu voz, diciéndome sin palabras lo linda que yo era.
Me senté aquí y levanté la mirada, pensando que tal vez era una broma.
Y al verte ahí de pie, con esa sonrisa que nunca quiero dejar de ver, esos ojos que me miran hasta el día de hoy con ternura, supe que no era una broma.
Y que te había encontrado, aunque no te hubiera buscado.
O por lo menos no en ese momento.
Porque tengo muy clara una cosa…todos buscamos el amor de nuestra vida.
Es por eso, que te había encontrado.
3 comentarios:
Está lindo, y por lo que veo estás bien enamorada! BESOS! (:
awwww
esta lindisiiimo ♥
Dejaré de esperarlo para que llegue :D
un besote
que belleza la verdad me hiciste pensar en lo que siento aurita
a veces duele pensar que las personas llegan cuando menos las buscar... ME ENCANTO ARA
cuidate mil besos :D
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