[Never a clean break]: Adictos a la escritura: El sillón

31 de marzo de 2011

Adictos a la escritura: El sillón

A mi abuelo, que hizo que me enamorara de la literatura, y que hoy, mi más grande deseo sea nunca dejar de escribir. Abuelito, te amo.


Imagen de Miguel Aguilera

Si hoy estoy escribiendo esto, tal vez sea gracias a ese sillón.
Si, de colores raros y poco usual, pero sin embargo, mi sillón favorito.
Hoy me siento en el y vuelvo a recordar cómo mi abuelo me ponía en sus piernas y me leía. No importaba si era un periódico, un cuento infantil, una leyenda o alguna novela, pero siempre había palabras en mis oídos.
El abuelo y su voz firme llenaron mi infancia, desde los escasos meses de nacida, hasta que entré a la primaria.
Con su lectura, fui aprendiendo a leer yo sola, imitaba los sonidos y los relacionaba con las letras.
Mi más grande pasión nació.
Nunca fui una niña "normal" para los demás.
De muy pequeña, mi muñeca preferida se llamaba "Octavia Paz", y mi primer poema lo escribí a los 6 años.
Rondaba ya con libros, y en la primaria todos se me quedaban viendo al entrar yo, de apenas 1.30 d estatura con mi tomo de Harry Potter.
Pero lo que màs disfrutaba era llegar cada tarde y contarle al abuelo que tal había estado mi día, mientras él me hablaba sobre su niñez y como había tenido que luchar para salir adelante. Mi abuelo siempre se sienta en aquel sillón.

Con el tiempo las pláticas  se hicieron más espaciadas hasta que al llegar de la escuela y cuando mi abuelo me preguntaba como me había ido, yo solo contestaba "Bien, abuelo".
Ya no más hablar.
Cómo extraño discutir con él sobre los libros. Los tiempos se hacen cada vez más cortos.
Pero esta no es excusa para alejarnos de quienes queremos
Cada vez que bajo de mi cuarto hacia la sala, siempre me lo encuentro leyendo, muy centrado, en su periòdico o libro, pero siempre en aquel sillón.
Oh, abuelo, vamos, haz que vuelva a ser pequeña y siéntame en tus piernas y cuentáme otra vez aquellos hermosos relatos.
Hiciste que tu pequeña, que hoy no lo es tanto, se enamore de las letras.
Hiciste que se enamorara, en aquel viejo sillón que hoy ya se ve polvoroso y que mis tías insisten en tirar.
Nunca las dejes hacerlo, pues es una parte de mí
Hoy, abuelo, sientate conmigo, recuerdame quien soy.

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6 comentarios:

Maga DeLin dijo...

Me gustó la imagen y ciertamente me conmovió el texto.
Te quedó muy bien.

Besos!

Brokenwings dijo...

Genial, y muy bonito!

Déborah F. Muñoz dijo...

muy lindo!

hada fitipaldi dijo...

Es precioso, la verdad es que me ha llegado mucho. Me imagino al abuelito sentado en el sillón, y como eso se convierte en un símbolo fundamental en la vida. Muy bonito. Por cierto me gusta mucho la cabecera de tu blog, la imagen es preciosa, y el blog también. Besos!

Kyra Dark dijo...

Qué bonito, Ara!! De verdad, precioso. Me ha encantado. Muy tierno, muy nostálgico! Igual es porque yo no conocí a mís abuelos, pero, chica, me ha parecido increíble.
Un besote

cami curieux dijo...

esta genial!! pasate :)

besos... cami