Gente que muy joven, de escasa edad, no solo no fue amada, sino que fue herida.
Simples palabras como "Tú no sirves para nada" "Eres un inútil" "Por eso nadie quiere estar con el/ella"
inflingen en nosotros heridas que, pensamos que no están ahí, pero se van enterrando como espinas en nuestra alma.
Y, decimos, "Es que yo siempre he sido enojon(a)" "Es que soy griton(a)" "De por si soy muy agresiv@", pero no es cierto. Nosotros no eramos así. Dios no nos hizo así...
Esas heridas que nos han hecho van deformando poco a poco nuestro carácter, hacen que nos volvamos solitarios, que nos refugiemos en nosotros mismos, que no queramos estar con la gente, que nos volvamos enojones, gritones, payasos.
Diferentes a lo que eramos, personas que ni siquiera nosotros reconocemos.
¿Y como podemos sanar esas heridas?
Solamente con amor.
Dando y recibiendo amor, porque el amor es nuestra base, es lo que siempre nos impulsará a ser mejores personas, a amarnos a nosotros mismos.
"Herman@, tengo algo que decirte. Dios no ha dejado de amarte. A pesar de las heridas que te han causado tus padres, tus hermanos, tus amigos Dios no ha dejado de amarte. A pesar de que has cambiado y estás herido y a veces quisieras rendirte Dios no ha dejado de amarte. A pesar de lo que hayas hecho mal y los pecados que has cometido Dios no ha dejado de amarte. Tú eres importante para Dios y para mí también lo eres, así que hoy, herman@, recuerda que Dios no ha dejado de amarte ni nunca lo hará porque a pesar de todo lo que hagas Él siempre va a estar intentado aquí intentando guiar tus pasos."
Así que, personitas, hermanos, la próxima vez que vean a una persona que no va afín a su personalidad, que es diferente o que tiene un carácter con el que ustedes no pueden lidiar NO JUZGUEN, no saben el pasado de esa persona, no saben cuántas heridas tiene en su interior.
Acéptenla, intenten que se integre. Necesita amor
NUNCA ESTÁS SOLO, DIOS SIEMPRE ESTÁ CONTIGO
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